lunes, 7 de junio de 2010

Fermín Toro (1807-1865).


Nació en un pueblo tranquilo, muy cercano a Caracas (Venezuela): El Valle. Se inició con sus conocimientos humanísticos y religiosos por medio de su párroco; después se traslada junto a su familia a Caracas, es allí donde se dedica a los estudios, además lee todo tipo de libros. Estudia literatura, filosofía, economía y lengua, lo que lo coloca en una posición envidiable entre las personas de su época.

En 1831, es elegido diputado por la Isla de Margarita al Primer Congreso Constitucional de Venezuela, este es el comienzo de su carrera pública. Algunos años después ejerce el cargo de Secretario de la Legación de Londres, donde madura y se amplía su cultura.

En 1858, junto con Manuel Felipe Tovar, dirige el movimiento “Revolución de marzo”, encabezado por Julián Castro, que ocasiona la caída del gobierno de Monagas. Además preside la llamada convención de Valencia, donde sobresale la palabra orientadora de su encendida oratoria, inspirada en lo más profundo de sus convicciones patriótico-nacionales; aunque se dice que por Fermín Toro, desapareció la oratoria en Venezuela.

En 1859, tras ver desechas sus ilusiones con la patria, pues estaba destruida por las guerras civiles (Revolución Federal), lleva a término unas difíciles negociaciones diplomáticas en Madrid.

Aunque la mejor obra para la posteridad, es la obra de su vida, también su pluma produjo valiosos trabajos:
1.- “Informe sobre la Ley del 10 de abril de 1834”, el cual analiza los problemas sociales y económicos del momento en Venezuela.
2.- “Los Mártires”, “La Viuda de Corinto” y “La Sibila de los Andes”, son una muestra de las novelas románticas de la época.
3.- Escribió numeroso cuadros costumbristas. “Descripción del baile de Casino”, “Costumbres de Barullópolis”, “Un Romántico”, entre otros.
4.- Colaboró en la Revista Literaria, de Juan Vicente González, con varias poesías y con un fragmento de su poema “Hecatonfonía”.

La producción ensayística de Fermín Toro es la más extensa y mejor de su obra literaria, e indudablemente es la que tiene mayor vigencia en la actualidad de Venezuela y América.

Empezó en 1838, con un resumen critico de la enseñanza ideológica en nuestra patria a raíz de la Independencia: “Los estudios filosóficos en Venezuela”. En 1842, publicó un estudio-inventario de la situación cultural de Venezuela: “Ideas y necesidades”. Estos temas y escritos maduraron en 1845 con su magnífico estudio “Reflexiones sobre la Ley del 10 de abril de 1834”, que se sale del marco reducido de sus otros ensayos.

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